Creencias limitantes

Publicado el 19 de agosto de 2024, 17:06

Transformar nuestra vida requiere revisar nuestros Patrones de Supervivencia, aquellas conductas adoptadas que muchas veces interfieren con nuestro crecimiento y concreción de logros. Estas conductas se sienten familiares, sabemos que calman una emoción, satisfacen una necesidad pero a su vez luego dejan un sabor amargo, a veces culpa, frustración, enojo, tristeza, etc. 

Estos comportamientos están asociados a ciertas historias que nos contamos, a toda una cadena de pensamientos y asociaciones emocionales que se encuentran muy arraigados a nuestra mente y nuestra identidad. 

 

“La vida es así, difícil”
“No tengo tiempo suficiente”
“Ya es tarde para hacer eso que quiero”
“Nunca lo voy a lograr”
“Mi cuerpo es muy…”

Estas frases, que son solo algunos pocos ejemplos, resultan la capa superior de la historia que nos contamos. Comúnmente los verdaderos pensamientos y temores vienen de heridas más profundas y estas creencias superficiales solo muestran el patrón al que nos hemos atado para justificar nuestros estados emocionales y poder evitar enfrentarnos al miedo raíz. 

 

Una buena forma de comenzar a desentrañar estas historias, es completar el pensamiento superficial agregando lo que eso implica, por ejemplo:

“No tengo tiempo suficiente” → “No tengo tiempo suficiente entonces no podré hacerlo de manera comprometida”

“La vida es difícil” → “La vida es difícil, siempre voy a sufrir”

“Ya es tarde para hacer eso que quiero, así que voy a continuar haciendo lo que no quiero y estar triste por eso”
“Nunca lo voy a lograr” →“Nunca lo voy a lograr, así que mejor ni lo intento y me quedo con la duda de qué podría haber sido”
“Mi cuerpo es muy...”  “Mi cuerpo es muy...y por eso debo ocultarme/maltratarme/descuidarme”

 

El siguiente paso es preguntarse por qué. 

 

¿Por qué no tengo tiempo suficiente? ¿Por qué no me comprometo a hacer aquello que quiero?
¿Por qué la vida es difícil? ¿por qué siempre voy a sufrir?

¿Por qué es tarde para hacer lo que quiero? ¿por qué voy a continuar haciendo lo que no quiero?
¿Por qué nunca lo voy a lograr? ¿por qué no intentarlo?

¿Por qué digo que mi cuerpo es de tal manera? ¿por qué debo ocultarme/maltratarme/descuidarme?

 

Es posible que necesitemos volver a preguntar el por qué a estas nuevas respuestas, todo para llegar a la creencia raíz.

“No lo merezco”

“No soy suficiente”
“Me van a abandonar”
“Se van a reír de mí”
“Nadie me quiere”

“No valgo nada”

 

Estas creencias suelen ser las más fuertes, ligadas al trauma que originó estos pensamientos y en consecuencia nuestros comportamientos limitantes. 

El paso siguiente entonces sanar esa herida y reeducar al cerebro, entrenar a nuestra mente para tener creencias más empoderantes, positivas y energizantes. Creencias que nos lleven a pensar en que podemos lograr nuestros objetivos, que si no tenemos las herramientas entonces descubriremos la forma y aprenderemos a hacerlo. 

 

Todos tenemos la posibilidad de crear una mentalidad que juegue a favor de nosotros y que nos ayude a vivir la vida que deseamos, con alegría, con fuerza, con vitalidad y amor. La mente es maleable y una vez que comiences a comprenderla y jugar con ella, verás que el proceso de crecimiento se vuelve tan gratificante que querrás continuar poniendo en jaque viejas creencias y emocionarte con ver hasta donde puedes llegar.