Main character.
Hace un tiempo se hablaba mucho de tener “main character energy” o energía de personaje principal, refiriendo a ser la clase de persona que vive la vida con fuerza, con energía, a quien las cosas le suceden, aquella persona que no tiene miedo de dar un paso al frente, exponerse y toma las oportunidades que se le presentan y lo hace con confianza.

Si bien me parece una excelente forma de inspirarse porque son cualidades muy necesarias para vivir de manera plena y consciente, creo que la persona que verdaderamente toma las riendas de su vida, se inspira más bien en el rol de guionista y director o directora de una película. Estas personas son las que co-crean la historia que va a vivir el personaje principal, escriben sus metas, sus miedos, sus creencias, sus fortalezas y trazan el camino que este personaje debe atravesar para llegar al destino soñado. Por supuesto que un plan sin acción no llega a ningún lado, pero de igual manera accionar enérgicamente y con motivación pero sin una estrategia, tampoco es la forma más conveniente de ir tras un objetivo.
Es por eso que visualizar y escribir es una herramienta fundamental en la creación de nuestra vida. Cada cierto tiempo hay que sentarse y pensar detalladamente en cómo queremos que sea nuestra vida y no simplemente deslizarnos por ella o sentarnos como si viajaramos en el asiento de copiloto mientras la vida nos lleva a destino.
Así como los guiones, cuando nos sentamos a escribir la vida que queremos, hay que hacerlo en tiempo presente, describiendo cada detalle de nuestro entorno, los aromas, los sonidos, las emociones y sensaciones.
En el 2023 estaba trabajando para una empresa multinacional en la que estaba realmente feliz con mi equipo, con el tipo de trabajo que estaba haciendo, el salario y el balance vida/trabajo que tenía. De todas formas ya tenía el proyecto de irme a vivir con mi marido a otro país y sabía que en esta empresa no hacían transferencias de oficina internacional, de manera que debería renunciar al puesto.
En los primeros meses de ese año hablé con mi jefe y le comuniqué mi situación migratoria y de todas formas le manifesté mi deseo de seguir trabajando con el equipo. Esa misma semana me senté con mi cuaderno y visualicé cómo sería un día en mi nueva vida en el extranjero. Escribí cada detalle, qué hacía al levantarme, con qué humor y pensamientos me levantaba, describí cómo abría la notebook de la empresa en la que trabajaba en ese entonces, incluso la comida que le daba a mis gatos, mi apartamento, incluí cómo era la dinámica con mi pareja, absolutamente todo.
La primera respuesta que los altos mandos le dieron a mi jefe era que no se podía hacer un movimiento internacional. Al recibir la noticia me tomé unos días para procesar el dolor, liberarlo y lamentarme por el hecho. A la semana siguiente decidí que iba a encontrar una oportunidad mejor y que las cosas iban a salir bien para mí, continué trabajando en mejorar mi portfolio y en seguir siendo una empleada destacable dentro de la empresa en la que estaba.
Dos meses antes de mi vuelo, mi jefe me estaba dando la noticia de que en una de las sedes europeas de la empresa necesitaban a alguien que hiciera exactamente lo que yo hacía. A partir de allí todo cayó en su lugar. Conseguimos el apartamento que muchas noches visualizaba, con un ventanal bien grande y luminoso, moderno y amplio. Encontré amigas que soñaba, comencé a vestirme de la forma que siempre quise y mis gatos ahora comen exactamente el tipo de comida que en aquella hoja de papel anoté.
Visualizar y escribir en papel son herramientas muy poderosas. Dan orden y dirección, como lo hacen los guionistas y directores de una película. Por supuesto nada de lo que logré podría haber sido posible sin mis acciones, mi energía, la forma en que me relaciono, mi ética de trabajo y confianza en mi persona.
Todos tienen este poder, solo hay que disponerse a trabajar en nuestra mente, en comprenderla, en comprender nuestros circuitos de pensamiento y creencias, hallar en nuestro corazón cuáles son nuestros deseos y poder conectar con las emociones que nos generan al pensar en alcanzarlos.
Crear la vida que soñás es posible, solo hay que estar dispuestos a hacer el trabajo mental y emocional para luego pasar a la acción y concreción del logro.
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